Como el turrón, vuelvo a casa por Navidad

El avión está a punto de despegar. Mi cuerpo se siente inquieto, estoy nerviosa y miles de mariposas revolotean en mi estómago. No es que me asuste volar, sino algo mucho más importante: tras tres meses de ausencia, regreso a casa en Navidad. Mis ojos se empañan sólo de pensarlo, pero no sé si es por alegría, tristeza, melancolía, o quizás una mezcla de las tres. Recuerdo ahora otras navidades pasadas: toda la familia de cena en mi casa y haciendo cagar el tió ( tradición catalana, para los que no lo conozcais); las bromas de mis primos; los viajes a Terrassa de noche (20h.) con el Citroën BX, que hacia más frio dentro que fuera del coche, y escuchando las típicas canciones navideñas (I want to wish you a Merry Christmas...); la sopa de mi abuela; la ilusión de encontrar los regalos bajo el abeto... ¿Dónde quedó todo eso? ¿Y este año? Ya veo a mi madre esperándome en el aeropuerto; las lágrimas de mi abuela; los abrazos de mis niñas; las bromitas de mi padre... Creo que a veces es mejor irse lejos un tiempo para recuperar la harmonía. FELIZ NAVIDAD A TOD@S.