viernes, noviembre 25, 2005

Poesía de calle

No hace ni cinco minutos que me compré unas botas en una tienda muy pequeñita (y económica) de mi barrio y lo más curioso fue que, al pagar, me regalaron esta poesía que quiero compartir con vosotros:
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesadod como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzques sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejar caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti

1 comentario:

sacris dijo...

Me gusta muchisimo la poesia de Benedetti, gracias!!

Un beso